Porque desde aquella lejana, lejanísima primera vez que nos vimos, quedó un delgado, finísimo, invisible hilo uniéndonos... un hilo que nada puede cortar, un hilo que atraviesa paredes, muros, montañas... un hilo indestructible que no soltaste, que no solté, y que al fin volvió a reunirnos para que la historia termine su retrato, tal vez poniendo un poco menos de tonalidad en la paleta, o distintos colores y brillos, pero retornando a los dos mismos protagonistas.
Vos y yo. Regresando. Volviendo al paraíso prometido que salimos a buscar sin saber que lo teníamos tan cerca, debajo de los pies.
Cuando un hombre encuentra a una mujer, cuando una mujer encuentra a un hombre... los dos estaban buscándose.
Vos y yo. Regresando. Volviendo al paraíso prometido que salimos a buscar sin saber que lo teníamos tan cerca, debajo de los pies.
Cuando un hombre encuentra a una mujer, cuando una mujer encuentra a un hombre... los dos estaban buscándose.